sábado, 14 de julio de 2012

El parto

Mi parto, propiamente dicho, duró bastante poco y no tuvo nada muy reseñable. Pero las circunstancias que lo rodean, ésas sí fuero un poco traumáticas. Si ya enterarme de que estaba embarazada fue un shock, lo que vino después no sé lo que fue. 


Estaba embarazada de 31 semanas, no tenía la bolsa del hospital hecha, ni el carro escogido, ni nada comprado. Sólo mi madre (yaya empalagosa primeriza) había hecho algunas compras. Era Viernes Santo y estaba viendo la procesión. Total, no tenía otra cosa que hacer. Casi visto ya el desfile de imágenes, músicos y nazarenos, me noté húmeda. Yo pensando que me había meado encima, pero claro, tampoco tenía ganas y me habría enterado. Mientras estos pensamientos rondaban en mi mente, otro 'chorrillo' húmedo rondaba en otra parte de mi cuerpo. Como estaba en público y lejos de cualquier bar, no sabía cómo mirar qué era aquello que 'caía'. Al tercer chorro, salí escopeteada (y acojonada y espatarrada) para casa de mi suegra.

No podía ser que hubiera roto aguas a nueve semanas de salir de cuentas, no podía ser que me estuviese orinando encima sin notarlo y no quería que fuese sangre por nada del mundo. A ser primeriza y a toda la confusión del momento, había que añadirle el miedo y la paranoia que arrastré todo el embarazo, porque hacía muy poco (semanas antes de enterarme de mi estado) mi cuñada había perdido un bebé a las 34-35 semanas de gestación.

En casa de mi  suegra veo que lo que estaba perdiendo era líquido amniótico y salgo corriendo para el centro de salud. El señor doctor de guardia no estaba, se había ido a la calle (¿la calle de dónde? porque yo no lo vi) a fumarse un piti. Cuando por fin vuelve y le abordo en la misma puerta (colándome a todo bicho viviente esperando, religiosamente, su turno) y me pregunta que qué me pasa, le señalo los pantalones mojados y pregunta "¿Y eso qué?". ¡¡¡¡¡¿Cómo que "eso qué"?!!!!! Que no me he comprao las compresas de la Velasco y mira lo que me ha pasao. ¿Es que no ves que estoy embarazada y que voy empapada?
El hombre, con toda su parsimonia, me dijo que allí no podían hacer nada por mí, que me buscase transporte y me fuese al hospital comarcal (estando la ambulancia aparcada en la puerta) sin perder más tiempo.

Me volví para la casa de mi suegra, muerta de miedo, a intentar llamar al pater (o happyfather), que no se enteraba de nada por el ruido de la procesión (el toca en una de las bandas). Cuando por fin llegué al hospital, habían pasado casi dos horas desde que había roto la bolsa. 


Me ingresaron de urgencia. Tenía el saco amniótico roto y una dilatación de 4 cm. Me pusieron gotero para pararme el parto y me inyectaron corticoides (creo) para acelerar la formación de los pulmones del niño. Me dijeron que era probable que pariese ese día, pero que si daba a luz el niño tendría que irse a otro hospital, porque no tenían UCI (o UVI, no me acuerdo) neonatal. Así que me metieron en una ambulancia y me mandaron a ese hospital, para no separarnos.

Finalmente me consiguieron parar el parto, pero me dejaron ingresada. Estuve ingresada 21 días, a unos 70 km de casa y más de 200 km de mi familia. Pasé más tiempo sola que acompañada. Muerta de miedo. A las 34 semanas, me provocaron el parto. Fue rápido y sólo se me pinzó un músculo del muslo (que la epidural no alivió). 
Tuve suerte porque a mi alien no hubo que dejarlo ingresado y pudimos volver juntos a casa.

Mención aparte la bolsa de hospital que me preparó el happyfather, que salí del hospital con unas pintas curiosas.

8 comentarios:

  1. Joé, menuda aventura, entre mala y buena, pero digna de ser compartida. ¡21 días en el hospital! fuu.. yo me muero del asco y más aún si la mitad del tiempo estabas sola, que rollo, que cague y que incertidumbre. Menos mal que todas estas historias de partos, tienen final feliz ;)

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    1. La verdad es que fueron unos días interminables. Un pesadilla.
      Pero tu parto tampoco fue una bicoca.

      Pero por suerte mi hijo nació sano y fuerte.

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  2. madre mía, pues sí, menuda historia y menudo susto. yo creo que hubiera estrangulado al médico del centro de salud de la taquicardia... menos mal que todo fue bien al final y que pudisteis estar juntos todo el rato el peque y tú.
    me quedo con la curiosidad de lo que metió en la bolsa el happyfather, jiji, estos papás...

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    1. Al médico no le pisé el cuello, no fuese a ser que me naciese el hijo encima de semejante elemento. ¡Qué asco!

      Lo de la bolsa fue un show. La del bebé la preparó con la webcam puesta un día que su primo (con su portátil y su 'pincho' de internet) vino a verme. Con la mía no tuve tanta suerte. Metió lo que le pareció: unas mallas, un vaquero, un vestido de estar por casa (¿?), camisetas de manga larga y media manga, sujetadores ENANOS y las deportivas de salir por el campo.
      Iba MA-TA-O-RA.

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  3. Hola! Vengo, saltando de blog en blog, y me ha apasionado la historia (vamos, la manera de contarla, no la historia en sí. Porque menudo susto. Además con tanto adelanto. A mí me hubiera dado un síncope en el mismo momento. Y al médico del "piti", le hubiera metido una reclamación de mil pares. Entre lo asustadas que nos ponemos y las historias que nos montamos, ya le valía, ya.
    Sobre la bolsa del hospital preparada por los padres, hay para escribir millones de posts. ;)
    Menos mal que salió bien todo, a pesar de tres semanas en el hospital.
    Saludos

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    1. Hola y bienvenida.

      Lo del 'dostor' ya lo he puesto más arriba. En todo lo demás, la verdad es que me siento afortunada porque terminó mejor de lo que me esperaba.

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  4. vaya tela!y q miedo tuviste que pasar...pero por suerte todo pasó y salió estupendo.

    Mi nena tiene 4 meses asi q todavia esta en la fase q no da mucho ruido pero va a ser una buena pieza xk ya apunta a maneras,jaja asi q ya me estoy haciendo a la idea.

    http://colometa14.blogspot.com.es/ Este es mi blog hace poquito q lo he abierto, espero tu visita.

    besos

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  5. Vaya me pusiste a temblar. Menos mal que tu pequeño alien pudo esperar un poquitín más, menos mal que a pesar de todo estuviste en un hospital los dos juntitos y que todo salió bien. Me tenías con el corazón en la mano.
    Un besote

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