lunes, 23 de julio de 2012

Estoy aterrada

Suena alarmista, tremendista y muchos -istas más, pero es para estarlo. Antes yo tenía un bebé que el mayor disgusto que me daba era mancharse el conjunto/pijama nuevo, porque 'echaba' bastante. Pero de un tiempo a esta parte estoy empezando a tener verdadero miedo a lo que me espera.

Ignorante de la vida que es una, pensaba que la peor infancia que un niño podía dar a una madre es la que mi hermano dio. Mi madre, mujer de otro tiempo, tenía el comedor cerrado a cal y canto, reservado para ocasiones especiales, que más le valía haberle dado uso, porque mi hermano se colaba a hurtadillas a cagarse detrás de uno de los sofás. Se entretenía cazando saltamontes y arrancándoles 'las patas de saltar' para no escaparan.  Los metía en un vaso de plástico y los dejaba en el mueble de la sala de estar. Decía que eran sus mascotas. Cada noche mi madre tiraba al insecto por el retrete, pero al día siguiente ya tenía otro. La pobre de mi madre pensó que deshaciéndose de los vasos de plástico se acabaría el problema. No. Utilizaba vasos de cristal, y mi madre los tiraba a la basura de puro asco. Así que antes de quedarse sin cristalería, volvió a los vasos de plástico con la esperanza de que se le pasara pronto la perra, o que se extinguiesen los pobres saltamontes, lo que pasase antes. Se columpiaba en las puertas de los armarios y se guardaba las cabezas de pescado en los bolsillos, porque eran 'huesos de tiburón'. Ha ido dos veces, en el mismo día, a urgencias por heridas sangrantes:por arrimarse a un pastor alemán y por caerse en las escaleras mecánicas de El Corte Inglés. A mi abuela le asfixió una coneja a punto de parir y le desnucó una gallina del corral. Y podría seguir y seguir contando trastadas hasta el nacimiento de mi undécimo nieto y, aún así, algo me dejaría.

Pues bueno, estaba equivocada. Mi hijo es mucho peor. Ya desde antes de cumplir su primer año se tiraba a morder y arañar si no le dejabas hacer lo que quería, perseguía a su bisabuela (ella con el andador) en el tacatá para pillarle los pies, se acercaba a los animales de su abuela para pisarlos y tirarles del pelo (y morderles si le pillaba a mano). Nos hacía gracia porque tenía meses, pensábamos que era su manera de aprender a moverse o porque estaba con la dentición... Pero no, es malo. Ahora se tira a arañar o morder con rabia, chillando y temblando, se tira a por la bisyaya o los animales ya sin el tacatá, si te acercas a sacarle de la bañera o de la piscina, chapotea con todas sus fuerzas para mojarte y alejarte, si no quiere comer o que lo montes en el carro o en la 'moto', se agita como un epiléptico y chilla como un poseso. Te señala lo que quiere si no alcanza, y si no se lo das(porque es un objeto valioso que puede hacer trizas, o porque es un cuchillo jamonero de 25 cm de hoja), parece que le haya poseído la niña del exorcista, eso no es una rabieta, es un espectáculo circense. Le gusta darle golpes a la tele y romper los biberones tirándolos al suelo con todas sus fuerzas. Ya ha rajado dos. En la casa de la abuela paterna abre todos los armarios y saca lo que hay dentro, pero con la rapidez del rayo. Le dejas con un trozo de pan y a la que te has girado, lo tiene todo por el suelo. En casa de la caldiyaya (mi madre) no le ha roto la vitrina de puro milagro y a mis hermanos les hace de despertador cansino. Este no tiene botón Off. A mi padre, que es un animal de costumbres, le ha dado últimamente (será la vejez) por comer en la mesa de café y por más que le advierta que eso es una mala idea con su nieto rondando, pues ni puñetero caso. A la que se despistó salió pitando con un vaso en la mano y la botella de vino en la otra, pasillo arriba. Cuando conseguimos que se calmase por habérselo quitado, cogió un palo de su xilófono y se lo metió en el plato de la comida. Agitó el palito en cuestión y la que se armó no fue pequeña. Estuvimos días sacando restos de fideuà del comedor, del niño y del abuelo.

Yo creo que todo esto es un castigo divino. Con lo bien y rápido que me comía, con lo bueno que era (con sus cosillas de bebé revoltoso). Esto me pasa por reírme a pecho partido leyendo las desgracias maternales que Trendy Mothers bloggeras compartís en la red. Pero es lo que hacéis tan divertido...
Pero a partir de ahora llorare cual plañidera bien pagada cuando publiquéis las trastadas de vuestra prole, me compadeceré de (y sentiré identificada con) esas madres que, ilusionadas, esperaban la llegada de su criaturita cargadas de ilusión y sueños, en lugar de Valiums y antidepresivos, que es lo que nos hace falta verdaderamente en estos años venideros.


Si en otro post ya vaticinaba que mi bicho era el próximo Señor Barragán, ahora es un híbrido entre éste y Chucky. 

5 comentarios:

  1. Madre mía, creo que esta noche no duermo pensando que dentro de poco puedo sufrir todo esto, pero animo, son fases no va a ser así toda la vida, me imagino que tu hermano ahora es estupendo, además de que tu hijo no tiene porque ser igual . Un beso

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    1. Tu duerme tranquila que, que yo sepa, no compartimos genes. Jajajajaja.

      Mi hijo ya es peor que mi hermano. Se ha olvidado decir que con siete meses saltó varias teclas del portátil de un golpe-relámpago con las dos manos al mismo tiempo. La letra 'h' y la flechita de borrar nunca han vuelto a ser las mismas.

      Eso es lo que espero, que se le pase, pero que se le pase antes que a mi hermano. Uffff

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  2. sí, yo también espero que sean fases y que el pequeño tirano que ahora pareces tener en casa no dure toda la vida. ¡ánimo!

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    1. ¡Gracias! Yo también espero que se le pase. Que esta etapa de descubrimiento y exploración, la ha tomado por el camino de la violencia y no es buen camino ese. XD

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  3. ¡joooder! a mi no me da nada de risa, lo siento en el alma de verdad, pero fijo que pasa. Estoy con Bego y Batallitas, tiene que ser una fase, os está midiendo.. Creo que ahora es el momento de sacar tu lado creativo. Necesitas maniobras de distracción o no sé..

    Mi apoyo 2.0 desde aquí compañera

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